Como estamos cerca de las Elecciones Autonómicas, aquí os presento una parodia del diario que escribe todas las Mariano Rajoy. El presidente más Z que el propio ZP.
Un día cualquiera,
No estaba muy seguro, pero sé con certeza que era ya de madrugada. Me encontraba sentado en uno de los salones de la Moncloa, mi lugar de residencia. Estaba apaciblemente leyendo una de las cartas informativas que me mandaban mis queridos lacayos (mis imprescindibles asesores). A mi lado se encontraba una botella de whisky de 1962, embotellada por la firma Macallan y que con el tiempo ha pasado a formar parte de las filas de Fine and Rare Collection. No tengo ni idea de dónde haya podido sacar esta botella, pero como buen bebedor que soy, esta pieza de coleccionista no creo que dure mucho como mi escolta… Aunque, hoy no será el día de empezar con ella.
Me gusta aprovechar hasta la última gota de mis botellas, me levanté (dudando entre llamar a la chica de servicio) hacia el mueble bar que se encontraba a no más de 15 pasos de mi sillón. Una vez allí me costó encontrar la vieja botella de Chivas que empecé con Felipe la semana pasada. Cuántas veces habré dicho a Maribel que no me descolocara mi pequeña colección para mayores de 18 años. Todo colocado por categorías, fríamente estudiado su orden, pero una vez mas las botellas de ron, whisky y vodka estaban entremezcladas. A lo mejor no fue ella, ya que la última vez se lo dejé bien claro. Seguro que ha sido el pequeño Nicolás, que crío mas travieso, pero es un buen chaval. Consigue lo que quiero en cada momento.
He perdido el hilo de mi discurso, una vez más… Sí, cada vez me parezco aún más a mi querido José Luis; digo un puñado de palabras pero no consigo decir nada. ¡Ah, sí! Estaba hablando de las cartas que me mandan mis feligreses. Una de ellas levantó mi especial interés. La ojeé de arriba a abajo pero no reconocía el nombre de mi asesor. Estaba firmada por un tal Mas y yo me cuestionaba que quién sería ese tío, y que cómo había llegado una de sus cartas hasta mis presidenciales manos. La carta decía un montón de barbaridades; que si una nación independiente, separación de España… y el colmo; ¡que reformara la Constitución! Pero este señor está loco, cómo va a querer semejantes disparates. No cabe en mi cabeza ninguna de las cosas que me escribía. Cogí lo poco que quedaba de Chivas y no sin antes poner un par de hielos más, rellené el vaso. Tras el trago lo primero que me vino a la cabeza es; “qué bien se olvidan los problemas bajo el arropo de un buen whisky”.
Buenas noches y buena suerte, Marianete.